He detectado que muchos de mis clientes sienten agradecimiento y lealtad hacia un empleador que les dio una buena oportunidad o les enseñó una valiosa herramienta, al punto de sentir culpa por querer incursionar en otro departamento o empresa.
Solamente la idea de conversar con sus jefes sobre ascender a cargos más importantes y mejor remunerados les genera estrés.
En un mercado laboral tan competitivo y exigente como el post-COVID, paradigmas como el descrito en el párrafo anterior no tienen cabida, tomando en cuenta que prevalece por encima de todo la verticalidad empresarial y la sed de crecer profesionalmente, los jefes y/o supervisores asumen naturalmente que los empleados después de un tiempo aspiran escalar, ascender en la pirámide, asumir otras responsabilidades, supervisar a otros, ejercer autoridad, dirigir grupos, renunciar a ciertas actividades dominadas por completo, etc.
Frecuentemente escucho las siguientes frases:
- Quiero ascender pero no sé cómo plantearlo a mi jefe.
- Mi jefe se muere (figurativamente) si le digo que me interesa otro cargo.
- Le debo todo a mi supervisor actual, no puedo abandonarlo.
- Mi jefe fue el único que confió en mis capacidades y estaré agradecido eternamente.
- Mi coordinador no me perdonará si lo dejo sólo y abandonado con tanto trabajo.
- Si me voy a otro lugar, las operaciones no van a continuar como deben ser.
El sentimiento de fidelidad con un empleo o alguien dentro de un ambiente laboral es peligroso, trae como consecuencia un estancamiento, detiene la necesidad de ascender, impide explorar otras áreas de trabajo, frena el avance o crecimiento profesional. Los jefes no sólo tienen la obligación de escuchar tus metas, sino que incluso te van a ayudar a cumplir tus aspiraciones profesionales, ellos cuentan con las herramientas y estrategias para ubicarte en otra área o recomendarte para que ejerzas nuevas funciones, los supervisores se encuentran perfectamente preparados para aceptar que su personal en algún momento querrá irse y buscar otros horizontes. Los jefes están formados para resolver las ausencias y llenar esos vacíos rápidamente, se apoyan en el departamento de Recursos Humanos, solucionan problemas operativos y de personal.
Las corporaciones, en su mayoría, aplican una organización vertical que tiene un aspecto de pirámide. Me refiero a empresas grandes con mandos altos y medios, es decir, un segmento del negocio se compone de clientes y ventas, pero se basa en una estructura jerárquica piramidal, cuya responsabilidad recae en la cima de la misma. A medida que descendemos por la cadena en cada área funcional el nivel de autoridad y responsabilidades disminuye. Es lógico, natural y nada despreciable querer moverse dentro de la pirámide y subir a la cima.
Comprendo que en nuestros países aprendemos otros valores empresariales, pero debemos adaptarnos a un sistema con personas que tienen una mentalidad corporativa que funcionan de otra manera.
Se repite una fórmula vertical desde hace siglos, es la historia de la subordinación, existe una persona que se ubica en el lugar más elevado con el máximo poder para la toma de decisiones, incluso ahora en la era digital de las empresas, las órdenes se dan de manera distinta aplicando técnicas suaves de conciliación y consulta y trabajo en conjunto. Muy distinto funciona en las empresas más pequeñas en donde puede prevalecer un esquema horizontal donde las oportunidades de aprender y ascender son mucho más limitadas. ¿Dónde quieres ubicarte?
Adaptar el Resume o CV es el primer paso. Utiliza las palabras clave que se encuentren en la descripción del cargo; escribe esos requisitos y tareas específicas en oraciones cortas en tu resume.
No te apoyes exclusivamente en los títulos universitarios (en caso de tenerlos). Habla de tus habilidades y de tu experiencia en temas relevantes que resuelvan un problema al empleador.
Para evitar lucir sobrecalificado acepta que te conviene omitir ciertos niveles de estudio en tu CV.
El voluntariado presencial o remoto en organizaciones sin fines de lucro es fundamental para relacionarte. Ofrece lo que sabes hacer, y trata de usarlo para cubrir vacíos en tu historia profesional.
Es hora de usar tu Perfil de LinkedIn, es necesario tener tu información actualizada y responder a los reclutadores cuando seas contactado. Esta red profesional tiene muy buenos resultados.
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